Odín y los demás dioses querían construirse un palacio, y no sabiendo
como igualar las magníficas construcciones que los gigantes poseían
propusieron al gigante Hrimthurs, que además era un poderoso mago, que
se la construyera.
Este accedió pero a condición de que le concedieran
la mano de la diosa Freya, de la que estaba enamorado y además le dieran
la luz del sol y de la luna y el elixir que les concedía la
inmortalidad.
A todo accedieron los dioses poniéndole el plazo de un año para
acabar la colosal obra, pensando que no sería posible y no habrían de
pagar.
Pero Hrimthurs tenía un caballo llamado Svadilfari, animal que
obedecía las órdenes de su dueño con tal velocidad, que a poco de
empezar las obras los dioses se dieron cuenta de que sí acabarían en el
plazo previsto.
Se reunieron y encargaron a Loki que buscara alguna artimaña para
quitarle el caballo mágico. Loki se metamorfoseó en yegua y se llevó a
Svadilfari. De la unión de ambos nació el caballo de Odín que tenía ocho
patas.
Al presentarse Hrimthurs ante los dioses acusándoles de hacer
trampas, Thor levantó su martillo y lo descargó contra el gigante que
quedó muerto en el acto. Pero el castillo de Ásgard estaba ya casi
terminado y los dioses tenían ya una magnífica residencia.
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