Cuenta la leyenda que en un horrible día
de tormenta y asediado por los rayos, el caballero Sir Guy the Seeker buscó
refugió, junto a su corcel, en las ruinas del castillo de Dunstanburgh
(Northumberland,Inglaterra). Allí se le apareció un hechicero quien le instó a
seguirle hasta un lugar donde sería recompensado con una mirada de luminosa
belleza.
El caballero así lo hizo y tras descender
por una tortuosa escalera espiral se detuvieron en un enorme salón. En la estancia
encontró unos cien caballeros con sus respectivos corceles, todos ellos
dormidos. Pero lo que atrajo la atención de Sir Guy fue una urna de cristal
situada en el centro de la habitación, dentro de la cual yacía plácidamente
dormida la más bella doncella que jamás había visto.
Hay quien dice que la urna
estaba custodiada por dos enormes serpientes, otros cuentan que el guardian de
la doncella era una siniestra gárgola.
El hechicero mostró al caballero una
espada y un cuerno, explicándole que sólo la elección correcta de uno de los
dos objetos podría salvar a la dama. Tras meditarlo brevemente Sir Guy optó por
el cuerno que rápidamente hizo sonar. Al instante los cien caballeros
despertaron avalanzándose sobre él. Ante el suceso, y mientras oía una voz que
constantemente le repetía que se había equivocado en la elección, el caballero
desfalleció. Cuando recobró la consciencia estaba tumbado a los pies de la
entrada del castillo.
Desde aquel instante decidió buscar a la
doncella y no parar hasta encontrarla y poder salvarla. Pero por más que buscó
y buscó no la halló, y así pasaron los años, falleciendo finalmente sólo y
desolado.
Se dice que en los días de tormenta,
cuando los truenos suenan, las olas rompen bruscamente sobre las piedras del
castillo y el viento aulla con fuerza, el fantasma de Sir Guy vaga por los
austeros pasadizos y la tortuosa escalera espiral del castillo en ruinas en
busca de la bella dama que no pudo salvar. Dicen que en esos días se puede oir
su angustioso grito llamando a la bella milady.
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