Érase una vez, un joven muy pobre. Era tan pobre que tenía que llevar a pastar la vaca de un vecino porque el no tenía una propia. La vaca fue haciéndose cada vez más y más bonita. Pero no se trataba de una vaca cualquiera, ésta vaca era la vaca de los dioses y era bondadosa pero también poderosa.
Un buen día, la vaca, que quería mucho a su pastor le dijo "Hoy es la séptima noche, el señor Nefrito tiene nueve hijas que van a tomar su baño en el lago del cielo y la séptima es la más bella e inteligente; ella hila las nubes a los dioses. Si puedes ir y quitarle el vestido podrás ser su marido". El pastor no salía de su asombro y contestó"¿Pero como podré hacerlo si ella vive en el cielo?" "Súbete a mi lomo que yo te llevaré hasta el lago de los cielos."
Y así, en un abrir y cerrar de ojos la vaca llevó al pastor al lago donde se estaban bañando nueve doncellas. La vaca le dijo que cogiese el traje rojo que estaba colgado y se escondiese en el bosque y que no diese el traje hasta que no consiguiese su mano.
cuando las doncellas fueron a salir se dieron cuenta que sólo había 8 trajes, corrieron y alborotaron hasta que se descubrieron al pastor escondido cerca del lago. La séptima doncella se había quedado en el agua porque no tenía traje y le pidió que le devolviese la ropa. El pastor, recordando lo que le había dicho la vaca, se negó salvo si se casaba con él. Ella se negó en rotundo, pues su padre no lo consentiría. La vaca dijo que ella convencería a su padre, pero la doncella no creía que la vaca fuera sagrada.
"Pregunta a la primera planta que veas, si no me crees" dijo la vaca. La doncella acude a unos mimbres y éstos le responden "La séptima noche es hoy, la hilandera se casa con el pastor".
Finalmente, la doncella accedió a lo deseos del pastor y se casaron, pero ella debía acudir a seguir tejiendo las nubes. Un día se fue al cielo a cumplir con su obligación, pero el pastor la siguió porque pensaba que la perdería. Ella, sabiendo que el pastor no podía estar allí tejió un muro entre ambos (la vía láctea) y allí están la hilandera (constelación de la lira) del pastor (constelación del águila) alejados el uno del otro. Sin embargo, el muro desaparece cada séptimo día de cada séptimo mes y así pueden verse y estar juntos.
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