De los cuatro hijos de GEB y NUT, OSIRIS
era el más sabio y también el más querido por su labor como soberano de la
tierra y los hombres, a los que enseño las leyes y la agricultura.
Se casó con su hermana ISIS y de su unión
nació HORUS.
Otro de los cuatro hermanos, SET, que
odiaba a OSIRIS y envidiaba su cargo, reunió algunos hombres y se puso manos a
la obra. Tomó medidas de su hermano mientras este dormía y ordenó hacer un
magnifico sarcófago que se ajustase a las medidas tomadas.
Después, en una gran fiesta a la que
acudirían todos los dioses, SET mandó sacar el sarcófago, que como él esperaba
llenó a todos de admiración por su belleza y buen gusto. Ofreció regalarlo a
quien por sus medidas le sirviera. El último en probarlo fue OSIRIS, y en
cuanto estuvo dentro del sarcófago, este fue cerrado, sellado y tirado a las
aguas del Nilo por los hombres de SET.
ISIS aconsejada por TOT, dios de la
sabiduría, dejó al pequeño HORUS en Buto al cuidado de la diosa tutelar y
emprendió camino hacia el delta con el fin de ocultarse de SET y encontrar a
OSIRIS.
Durante su difícil camino, ISIS seguía
cualquier pista que pudiese conducirla hasta OSIRIS y así, más allá del Nilo,
ya fuera de Egipto, decidió hacerse pasar por criada en el palacio de Byblos
con la intención de encontrar un árbol muy especial del que había oído hablar.
Al fin lo descubrió, el sarcófago había sido llevado por las aguas hasta una
orilla en la que un pequeño árbol, al darse cuenta de la divinidad del
ocupante, comenzó a crecer para proteger con sus ramas el preciado sarcófago. Y
el rey de Byblos por su parte, al descubrir tan esplendido árbol, ordenó
llevarlo a palacio.
Inmediatamente ISIS recuperó su
apariencia de diosa y sacó el sarcófago del tronco para llevarlo a Egipto, donde
OSIRIS descansaría en tierra sagrada.
Una vez en Egipto, ISIS dejó el sarcófago
en las marismas del delta, con la intención de ir a Buto a ver a su pequeño. En
el camino una voz le anunció que SET había encontrado a OSIRIS en las marismas
donde ella lo había escondido y lo había destrozado y había desperdigado los
pedazos de su cuerpo por todas partes.
ISIS debía encontrarlo antes de volver
con su hijo. En su búsqueda iba dando sepultura a cada parte del cuerpo de su
esposo q encontraba y los hombres construirían templos más tarde en cada uno de
esos lugares. La ciudad de Bubastis, se construiría donde fue enterrada su
columna vertebral. Cuando, más al sur, en Abydos, ISIS encontró la cabeza de
OSIRIS, se pudieron llevar a cabo las honras fúnebres que le permitirían
comenzar su viaje a la inmortalidad.
Rápidamente ISIS se dirigió de nuevo a
Buto para encargarse de la educación de HORUS, que una noche mientras dormía, y
a pesar de la protección de la diosa tutelar, fue picado por un escorpión y
murió. ISIS destrozada pidió ayuda a RA y este mandó a TOT a devolverle la vida
al pequeño.
Los dos continuaron viviendo en Buto,
donde nadie sabía de su origen divino, y allí fue donde HORUS creció
preparándose para el día en que vengaría la muerte de su padre y reclamaría su
corona real.
Al llegar el momento, como SET también
reclamaba la corona, era la
Enéada la que debía decidir. Los dioses, después de mucho
tiempo deliberando, de escuchar las dos partes y el consejo de NEITH la madre
divina, pensaron en dar a HORUS la corona de su padre, pero ATUM-RA que
presidía el tribunal dudó de HORUS por su juventud. Así que años después, el
juicio continuaba con los argumentos y las luchas cuerpo a cuerpo entre los
oponentes, en las que HORUS fue mutilado y SET perdió un ojo. TOT curó sus
heridas y decidió que la solución era contactar con OSIRIS en el país de los
muertos, donde reinaba, para que este les ayudase a decidir.
La respuesta de OSIRIS, reprochando a los
dioses por el mal trato dado a su hijo e increpándoles a actuar con justicia
entregándole la corona, puso fin al pleito.
HORUS fue coronado como merecía, con la
corona blanca como símbolo de soberanía sobre todo Egipto y con el disco de oro
que simbolizaba su victoria sobre SET, que terminó inclinándose ante él y
aceptando su soberanía.
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