Hace mucho, mucho tiempo, viajaba un
escultor llamado Sakichi.
Sakichi quería hospedarse en un hotel
pero no tenía dinero, entonces se dirigió al hotelero y le dijo: " Yo no
tengo dinero pero en su lugar le puedo hacer una escultura."
Al día siguiente Sakichi le entregó una
escultura de un dios.
El hotelero exclamó: "¡Esta es una
escultura magnífica!"
Por ese entonces se estaba construyendo
en "Nikkotoushougu" en donde se encontraba un escultor muy
famoso.
El escultor se llamaba Jingoro Hidari.
El hotelero presentó a Sakichi ante
Jingoro para que trabaje con él.
Sakichi estaba muy contento y pensó:
"Voy a trabajar con mucho ahínco."
Jingoro se dirigió a Sakichi: "Voy a
cincelar un dragón y tú cincela un gato en la puerta."
Todos trabajaron muy arduamente y la
noche en que acabaron con las obras en Nikkoutoushougu hicieron una fiesta.
Todos estaban muy contentos y cantaron,
danzaron y tomaron.
Esa noche todos estaban muy cansados y se
durmieron sin comer la rica comida que había.
A la mañana siguiente se sorprendieron
mucho al ver que alguien se había comido todo sin dejar ni una pizca.
"¿Tú comiste?"
"¡Yo no!"
Jingoro y Sakichi se miraron el uno al
otro y se dirigieron con paso rápido a la puerta.
En ese lugar estaba el gato que Sakichi
había cincelado y unas comidas alrededor de él.
Jingoro transformó al gato en un gato
durmiendo y le dijo a Sakichi: "Este gato es magnífico. Probablemente su
alma entró y se salió por aquí. Pero ya no hay cuidado."
Este gato se llama "Nemurineko"
y todavía está durmiendo en Nikkotoushougu.
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