Hace mucho, mucho tiempo, en algún lugar
vivía una pareja de ancianos.
El anciano se dedicaba a hacer diversos
objetos de caña de bambú que cortaba de una montaña cercana.
Un día el anciano se encontraba como de
costumbre en la montaña y de pronto vió un bambú que brillaba como el oro.
Se extranó al verlo y lo cortó. El
anciano no podía creer lo que veía; en el interior se encontraba sentada una
niña muy pequeña y bonita. Este la llevó a casa y se la mostró a su mujer
contándole lo ocurrido. La anciana al ver a la niña se puso muy contenta y
dijo: "¡El cielo nos ha dado una hija muy bonita!"
El anciano dijo: "¡La llamaremos
Kaguyahime!"
Desde ese momento, cada vez que el
anciano iba a la montaña, encontraba bambúes dorados que tenían en su interior
mucho oro.
Ellos se hacían ricos y Kaguyahime en un
santiamén había crecido y se había convertido en una mujer muy hermosa.
Esta noticia llegó a todos los rincones y
muchos hombres se acercaban con muchos regalos para pedir la mano de Kaguyahime.
Kaguyahime dijo a los ancianos: "No
quiero casarme con nadie. Quiero estar para siempre con ustedes."
Una noche Kaguyahime se encontraba
mirando la luna, sumida en la tristeza. Ya faltaban pocos días para que sea
luna llena.
Los ancianos al verla triste le
preguntaron: "¿Qué te pasa?"
Kaguyahime contestó: "Quisiera estar
aquí para siempre, pero tengo que regresar a la luna. Yo he venido de allá y
cuando sea una mujer tendré que regresar."
Los ancianos al escucharla se
sorprendieron mucho y le dijeron: "¿Viniste de la luna? ¿Tienes que
regresar? ¿Cuándo?"
Kaguyahime les contestó: "Mañana.
Porque mañana sale la luna llena y me vendrán a recoger."
El anciano gritó: "¡No! ¡Eres
nuestra hija!" y se fue a organizar a las personas más fuertes del pueblo
para que fueran al día siguiente a su casa para impedir que se lleven a su
hija.
Al día siguiente, las personas rodearon
la casa de los ancianos esperando la noche. Al llegar ésta, se pudo ver una
luna llena muy bella y radiante.
En eso, de la luna bajaba un pegaso y
Kaguyahime les dijo: "Ya tengo que irme. Muchas gracias por todo. Este es
un regalo para ustedes. Es una medicina. Si la toman podrán vivir para
siempre."
El anciano le dijo: "¡No te
vayas!"
Pero Kaguyahime se dirigió al pegaso.
En el momento en que las personas que se
encontraban alrededor de la casa quisieron reaccionar y evitar el regreso de
Kaguyahime, la luna empezó a brillar con un resplandor muy fuerte y todos se
quedaron paralizados.
Kaguyahime subió al pegaso y fue atraída
por la luna. En el trayecto volteó muchas veces para ver a los ancianos.
Los ancianos quemaron la medicina que
Kaguyahime les había dado, diciendo: "Si Kaguyahime no está a nuestro lado
no hay razón para vivir eternamente, pues viviríamos desdichados" y con
ésto el sentimiento de la pareja se mezcló con el humo que emanaba de la
medicina y se elevó hasta la luna, en donde se encontraba Kaguyahime.
1 comentario:
me gusto mucho la historia pero hay otra que es muy distinta, donde kaguya-hime tiene que ver con las erupciones del monte fuji
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