- Leyenda de Perú -
Antiguamente, las aguas del río Mantaro,
no teniendo un cauce por donde llegar al mar, formaron un inmenso lago, que
ocupaba lo que ahora son las regiones de Jauja y del Huancayo. En el centro del
lago había una enorme piedra llamada Wanka. En ella reposaba el Amaru, que fue
el primer monstruo del lago; era un animal horroroso, con cabeza de llama,
cuerpo de batracio y cola de serpiente, que tenía junto a la cabeza dos
pequeñas alas.
Pasado un tiempo, tuvo que compartir el
peñón y el lago con otro Amaru, que fue enviado por el Tulunmaya (Arco-Iris),
para que le acompañara. Este Amaru no era tan grande como el primero, y tenía
otro color más oscuro, pues el mayor, con el tiempo, se iba volviendo blanco.
Los dos monstruos luchaban con
frecuencia, y la piedra, aunque grande, no lo era suficiente para que los dos
disfrutaran de ella con entera independencia. También se disputaban el poder
sobre el lago, originando, con sus feroces acometidas, verdaderas trombas de
agua, sobre las cuales eran lanzados los dos Amarus a gran altura.
Para poner fin a estas luchas de los dos
monstruos, el dios Tikse, enfurecido, desencadenó una gran tormenta. Los rayos
mataron a los dos Amarus, que se deshicieron en una lluvia torrencial, que
aumentó aún más el tamaño del lago, hasta hacerlo desbordar por la quebrada de
Chupuro.
Las aguas encontraron su cauce y el gran
lago se desecó, quedando en su lugar un maravilloso valle. Entonces, los dos
primeros seres humanos, que estaban escondidos en el interior de la tierra por
temor a los Amarus, surgieron a la luz, impulsados por una fuerza profunda, por
el Wari-puquio o manantial puro y sagrado.
Permanecieron en el valle de Jauja
mientras vivieron, y sus descendientes poblaron el mundo. Como prueba de su
existencia, dejaron el templo de Wariwillka, cuyas ruinas aún se encuentran a
la orilla de una laguna.
Dicen que el peñón estaba exactamente en
lo que es hoy la plaza de Huamanmarca, en Huancayo. Allí estuvo edificada la
iglesia de la
Santísima Trinidad. Los indios wankas de los contornos
celebran cada año esta fiesta con gran solemnidad.
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