Bienvenid@ a este bosque nebuloso. Disfruta de tu estancia.

Bienvenid@ a este bosque nebuloso. Disfruta de tu estancia.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

El llanto de Elena

(Como bien escribió Antoine de Saint-Exupéry para el niño que todos llevamos
dentro)
I
… Por que lo que ahora os relato, me lo contaron hace mucho tiempo,
tanto, que apenas puedo recordar los pequeños detalles, pero decía algo
así como que…
En un pequeño planeta en lo grande del universo existía un magnifico
país, en el cual un estupendo castillo situado en lo alto de la mas
esplendorosa de las montañas servia de vivienda a los señores feudales,
amos y señores de todo bajo el cielo.

Y como familia rica y apoderada que era, no les podía faltar la mas
hermosa de las hijas que una familia tan afortunada pudiera tener; dicha
niña era la princesa Elena, y como todas las princesas era bella y caprichosa,
pero padecía de una extraña enfermedad, una enfermedad que
afectaba a todos los miembros de su real familia, "no podían llorar". Los
científicos no daban crédito a tal evento y bautizaron dicho descubrimiento
con el nombre de "síndrome de los ojos secos", y por mucho que experimentaban
y trabajaban en sus laboratorios no daban con la cura de tan
extraña enfermedad.
Esta enfermedad llenaba de curiosidad a la princesa Elena -"¿Por
qué no podré llorar?", se preguntaba la joven princesa -"Todo el mundo la
hace fuera de los muros de este castillo, o por lo menos, eso es lo que me
han contado los sirvientes.". y tal eran sus dudas y deseos de conocer el
porque de su enfermedad, que la princesa se veía privada de su real sueño
y pasaba las noches en vela pensando en ello. Unas de esas noches que la
princesa estaba dando vueltas en la cama pensando en su enfermedad, una
pequeña luz entro por la ventana de su real alcoba. Era una luz pequeña,
azulada, de una gran densidad y luminosidad, y cuando la princesa Elena
la miro fijamente, pudo observar que en su interior había una diminuta figura
casi humana que revoloteaba con unas alas semejantes a las de una
mariposa.
-"Hola", dijo la princesa -"Soy Elena, la princesa de este castillo, y
tu ¿Quién eres?", le pregunto al diminuto ser, mientras, sentándose en la
cama, extendía su delicada mano para que aquella aparición se posase en
ella.
-"Tengo mil nombres que me han dado las bocas de las personas
desde el principio de los días, y acompañando a estos nombres, mil definiciones
de ellos, pero hoy y para ti, seré un hada.".
La curiosidad de la princesa aumentaba por momentos y mientras
estudiaba a tan magnifico ser dejando que su luz le bañase la cara le pregunto
-"¿Y a que debo tal gentil visita, pequeña hada?".
-"Tal es tu ansiedad por descubrir el porque de tu enfermedad",
dijo el hada con su voz suave y mágica, -"Que he venido a hacer realidad
tu deseo, pero, no te daré lo que buscas tan fácilmente, tendrás que descubrirlo
por ti misma." -"¿Cómo lo haré?", pregunto la princesa Elena al
hada; y con un destello de su luz azulada, el hada cambio por arte de magia
su caro camisón por viejas ropas de aldeana -"Con estas ropas y desposeída
de tu titulo nobiliario, iras al bosque del final del camino, allí avita un fantasma
que con su llanto atemoriza a toda la gente que vive en el lugar,
pregúntale a él, quizás pueda ayudarte en tu búsqueda, pero recuerda, a
partir de ahora y para todos, eres simplemente Elena.
Y dicho y hecho, Elena dejo su castillo montada en uno de los
caballos de las cuadras del rey, y se dirigió al bosque del final del camino
en busca del fantasma.
II
Aunque era una hora muy temprana, Elena no dejaba de sorprenderse
de la cantidad de personas que se cruzaba por el camino, todas ellas
salían de sus grises cabañas cargadas de herramientas y utensilios para dirigirse
a sus trabajos y obligaciones -"¿Qué extraño?", pensó -"En el
castillo la realeza nos despertamos cuando el sol esta bien en lo alto, y al
levantarnos, siempre nos lo encontramos todo hecho, ¿Dónde ira toda esta
gente?".
Cuando llego al bosque del final del camino, aunque ya de día,
Elena estaba muy asustada, pues no era para olvidar, que iba a hablar con
un fantasma, pero la gran belleza de aquel bosque la fascino al instante -"
Que bosque tan hermoso, ¿Cómo es posible que habite en el un fantasma?",
se dijo mientras se adentraba en el, y al rato de caminar se fijo que en un
pequeño recoveco oscuro y húmedo, había un montón de viejas cosas
sucias y medio abandonadas, como si alguien malviviera allí.
Elena se acerco sigilosamente y con un susurro de voz dijo -"Hola
¿hay alguien ahí?",
-"Hola", respondió una triste voz enjugada en un llanto, pero Elena
por mucho que se esforzó, no logró ver a nadie, -"¿Eres tú el fantasma del
bosque del final del camino?", preguntó -"Así es como me llaman los
lugareños, pero en realidad no soy un fantasma, me llamo Nicolás y sencillamente
un día me volví invisible", -"¿Invisible?, ¿Cómo puede alguien volverse
"sencillamente" invisible?", pregunto Elena incrédula de lo que oía.
-"Yo era una persona normal, trabaja para el señor del castillo, el
rey, cuidando de los jardines reales, un día harto de trabajar de sol a sol, le
comente al rey que quería trabajar menos, que necesitaba tiempo para
estar con mis seres queridos, tiempo para descansar, pensar o sencillamente
para gandulear a mi antojo, el rey se enojo tanto ante aquella petición,
que mando que los guardias me echasen del castillo sin dinero, ni
pertenencias, ni nada de comer ni donde dormir, …así podrás pensar todo lo
que quieras…, me dijo, y de esta forma me ví obligado a tener que mendigar
y vivir de la basura,. Con el tiempo comencé a estar sucio y oler mal, y
eso comenzó a molestar a las gentes de la aldea, que, poco a poco, comenzaron
a ignorarme, evitarme y a hacer que no me veían, hasta que un día
y gracias a toda aquella indiferencia me volví invisible." -"¿Y eso te hace llorar?",
le pregunto Elena, -"Y tanto, lloro a todas horas, pues si la soledad es
mala, la indiferencia de tus semejantes es el peor dolor que jamás pueda sentir nadie, pero si quieres saber algo de llantos, ve a hablar con el monstruo
del eco, allá, arriba de la montaña.".
Y despidiéndose Elena monto en su caballo para ir a la montaña
mientras pensaba -"…Y cuando necesito ayuda la gente lo ignoro hasta hacerlo
invisible, cruel mundo este que se encuentra fuera de los muros de mi
castillo".
III
En lo alto de la montaña solo podía oírse un eco espantoso que resonaba
por todos los lugares por donde Elena se dirigía, pero la sorpresa fue
cuando descubrió que aquel horrible sonido no provenía de ninguna cueva
ni barranco, si no de una mujer que sentada sobre unas rocas, lloraba sin
consuelo alguno. -"¿Tú eres el monstruo del eco?", pregunto Elena cortésmente,
-"Si, lo soy, pero me llamo Lucia y no soy ningún monstruo del eco,
simplemente yo vivía con mi marido y mis hijos felizmente en nuestra
cabaña, nos amábamos y todo era perfecto, pero un día un joven comenzó
a trabajar donde yo prestaba mis servicios en palacio, con el tiempo,
entablamos amistad y sin quererlo, me fui enamorando de él igual que estaba
enamorada de mi marido" -"¿Y amabas a los dos por igual?" pregunto
sorprendida Elena casi sin entenderlo, -"Si a si es, los amaba, deseaba y
necesitaba a los dos por igual, pero claro, las leyes del rey prohíben que una
persona tenga dos amantes, y los aldeanos, gracias a la moralidad impuesta
y la educación recibida no toleran estas cosas, así que tuve que hacer
como si no pasase nada y seguir con mi vida tal y como había sido antes, y
eso me hizo muy infeliz, tanto que un vacío comenzó a crecer en mi interior,
y yo como por la tristeza que sentía había comenzado a llorar por dentro
para callar por fuera, comencé a resonar el eco de mi llanto en aquel
vacío, cosa que con el tiempo acabo asustando a los aldeanos y terminaron
por desterrarme a esta montaña.", Elena conmovida pregunto -"¿Y eso te
hace llorar?", -"Si, lloro porque no logro entender que mal hago amando a
cuantos yo quiera, y por que no puedo ser libre para elegir lo que mas me
haga feliz a mi e intento hacer feliz a los demás. Pero si lo que te interesa
es el derrame de lágrimas pregúntales a los esclavos, en la aldea, ellos también
podrán contarte algo que pueda interesarte."
Elena se alejo de la montaña dejando a tras el llanto de Lucia mientras
pensaba -"Amar a dos personas y que no te dejan hacerlo, curiosa la
ley y la moral de este reino."
IV
En la aldea un extraño ruido de cadenas provenía de todos los
sitios donde había gente trabajando, Elena se acerco a la herrería de la
aldea y allí encontró al herrero trabajando en su fragua a la cual estaba
encadenado por el tobillo, -"¿Porque estas encadenado?", pregunto, -
"¿Acaso eres uno de los esclavos?, -"No", respondió fieramente el herrero.
-"No somos esclavos, somos trabajadores, y trabajamos para tener dinero
y así poder tener propiedades y comprar mil cosas, aunque no nos hagan
falta, por que si no acabaremos como el fantasma del bosque del final del
camino, y eso no lo queremos porque es malo.", -"¿Y quien lo dice?", se
intereso Elena, -"No lo se, así nos lo enseñaron y así seguirá, y ahora vete, si pierdo tiempo pierdo dinero, y eso es malo.", le replico el herrero mientras
comenzaba a golpear de nuevo su yunque.
Elena, entre ruidos de cadenas, se acerco a una de las humildes
cabañas, y al asomarse por la ventana vio una cocina a la cual había una
mujer encadenada mientras preparaba la comida, -"Hola, ¿eres tu una
esclava?", -"No, yo soy una ama de casa, y limpio y cocino para mi marido,
mi padre, mi abuelo y sirvo a cualquier miembro masculino de mi familia y
otros hombres que lo crean necesario.", -"¿Y nunca haces nada para ti?", se
intereso Elena, -"No, porque eso sería malo, así nos lo enseñaron y así
seguirá."; Elena no daba crédito a lo que oía, -"¿Y eso os hace llorar?"; -
"Pues claro, aquí lloramos todos y a todas horas, por que nos gustaría ser
dueños de nuestras vidas, pero el trabajo lo es de nuestro tiempo, pero si
quieres oír lloros vete con los condenados, en la guarida del vampiro, a la
orilla del lago."; - "¿A la orilla del lago?, allí solo esta la iglesia del señor
cura", contesto, -"pues eso, la guarida del vampiro." Le replico la mujer
mientras seguía ocupada en su cocina.
Era casi medio día cuando Elena marcho de la aldea hacia la guarida
del vampiro, y por el camino no podía dejar de pensar -"Están todos
equivocados, si que son esclavos".
V
Cuando Elena llego a la iglesia era el mediodía un poco pasado, y
aprovechando que el señor cura se había marchado a comer a la posada de
la aldea, Elena entro sin ser vista en la iglesia. No le gusto el estar allí, la
iglesia era fría y oscura y de detrás del altar se escuchaban toda clase de
gemidos y lamentaciones. No cabía en su asombro cuando al acercarse al
lugar observo que allí detrás había escavado un profundo pozo en el fondo
del cual se retorcían unas personas desnudes y desnutridas, -"Hola, ¿sois
vosotros los condenados?", -"Nosotros solo somos unos pobres infelices,
que, un día nos enamoramos de alguien de nuestro mismo sexo, y como no
creímos en hacerle daño a nadie, decidimos vivir como nos pareció correcto,
pero cuando el vampiro se entero nos arrojo a este infesto pozo volcando
hacia nosotros toda la rabia y el odio de los aldeanos convenciéndolos
con su moralidad.", -"¿Y eso os hace llorar?", -"Por supuesto, lloramos
porque queremos amar y ser amados sin juzgar ni ser juzgados, pero ve y
habla con las victimas, en el templo de la verdad forzada, ellas de llantos
saben tanto como lloran.". Elena se alejo de la iglesia sabiendo por que llamaban vampiro al
no tan señor cura, -"por que se alimenta de la sangre de cristo y del dolor
y la ignorancia de los demás." Pensó.
VI
El templo de la verdad forzada era la vieja escuela de la aldea, que
irónicamente se llamaba "Princesa Elena"; en su interior Elena observo
atentamente dentro de las aulas, y con asombro descubrió que todos los
niños de la aldea se encontraban allí dentro atados a sus pupitres con viejas
y roídas cuerdas mientras cabizbajos y sin ganas, escuchaban una
monótona lección. Al torcer una esquina y en mitad de un pasillo, Elena descubrió
a un niño que de rodillas y cara a la pared sostenía un par de gruesos
libros en cada una de sus manos, -"Hola, ¿eres tu una de las victimas?",
le pregunto piadosamente Elena, -"Si, lo soy, nosotros somos quienes pagamos
las consecuencias de la esclavitud de nuestros padres aquí encerrados,
como ellos no tienen tiempo para nosotros, el rey nos obliga a estar
aquí dentro mientras aprovecha para adoctrinarnos en la ciencia de ser
futuros esclavos.", Elena no podía creer que semejante crueldad viniese de
su padre, -"¿Y por que no os vais fuera a jugar y disfrutar de la naturaleza?,
-"Por que eso es lo que yo he intentado y miro como he acabado, a si que
huye, corre, antes que te descubran, o pasaras aquí todo tu tiempo hasta el
fin de tu infancia amarrada a un pupitre."
Elena huyo despavorida mientras una frase se le repetía una y otra
vez "…hasta el fin de tu infancia…".
VII
Llegó al castillo ya entrada la noche y bajando del casi exhausto
caballo se dirigió al interior donde le esperaba su amiga el hada -"Hola
Elena, encontraste la cura a tu enfermedad.", -"No, no he llorado todavía,
pero creo que tengo la solución para que deje de hacerlo todo el mundo.",
y sin perder tiempo se dirigió a los aposentos de su padre el rey al cual no
tardo en explicarle todo lo que había visto y vivido en todo aquel largo día.
El rey no daba crédito a todo lo que su hija le contaba, pero cuando Elena
le pidió: -"Podrías abolir las leyes, así nadie se sentiría marginado por ellas,
si repartiésemos nuestras riquezas con los aldeanos estos no tendrían que
trabajar tanto, teniendo así tiempo para ellos y para sus hijos, y estos
quedarían liberados de la terrible escuela siendo libres para jugar y disfrutar
de su niñez, y podrías deshacerte del vampiro, ahí, perdón, del señor
cura, así se llevaría su falsa moral y todos podrían amar y ser amados como
mas deseasen y …."
El rey estallo en una terrible cólera -"Pero de que demonios me
esta hablando, darle la libertad al pueblo, y deshacernos del señor cura,
para que los aldeanos puedan hacer todas esas guarradas, y repartir la
riqueza, acaso quieres tener que ir a trabajar al campo para poder comer
como una vulgar vasalla, y los niños, aprendiendo alegremente en la naturaleza,
sin exámenes ni castigos… Gracias a la esclavitud del pueblo
nosotros tenemos nuestro lujos y placeres, y el señor cura con su moral y
los señores maestros con su educación se encargan de que todo siga igual
a cambio de unos pequeños favores, a si a sido y a si seguirá, y a hora no
quiero escuchar ninguna necedad mas, es tarde, vete a dormir, que mañana nada de esto recordaras y cuando seas grande, ya lo entenderás."
Elena se retiro en silencio y ya en su alcoba y bajo las mantas de
su real cama comenzó a recordar los llantos de todas aquellas personas que
había conocido y empezó a sentir una congoja en el corazón, casi no podía
respirar y un nudo le oprimía la garganta, Elena desconocía esa sensación,
pero mas la desoriento cuando una pequeña gota de agua se deslizo de su
ojo por toda su rosada mejilla. -"Hada, hada…" llamo angustiada Elena, y
sin hacerse esperar y por la misma ventana apareció una hermosa lucecilla
que se poso sobre la cabecera de la real cama, -"¿Qué deseáis princesa?,
pregunto el hada, -"¿Mira lo que me pasa? ¿Qué es esto que me sale del los
ojos sin poder evitarlo?".
-"Son lagrimas princesa, estas llorando, como tu querías ", -
"Entonces, ¿estoy curada?",
-"No princesa, no estas curada pues nunca estuviste enferma, a
salvo de todo lo ajeno y criada entre algodones y lujos dentro de los muros
de este castillo jamás tuviste la necesidad de llorar pues todo lo que ansiabas
se te concedía, aunque fuese con el sacrificio de las gentes del lugar.
Y ahora, ¿ podrás vivir conociendo lo que hay fuera de tan fabulosa morada
princesa.?", Elena rompió en un llanto amargo y desconsolado, apenas
podía creer que todas esas cosas hubiesen estado pasando siempre y ella
nunca se hubiese enterado y a su padre le diese igual, -"No me llames mas
así", dijo entre sollozos Elena, -"No quiero volver a ser princesa nunca mas,
ni quiero llegar a ser reina jamás, ni quiero saber nada mas de castillos,
moral, leyes ni riquezas, mientras allá lagrimas en los ojos de los demás yo
no podré dejar de llorar, y si esta vida no puedo cambiar, no deseo vivir en
ella."
-"Pues en ese caso pequeña Elena, solo hay una solución, duerme,
duerme ahora todas esas noches que pasaste en blanco, duerme y libera
tu alma, y sueña con el mundo que deseas para ti i los demás, que mañana,
ya se vera.", y besándola tiernamente en la mejilla el hada se marcho
volando por la ventana para no volver mas, mientras tanto Elena cayo en
un placido y profundo sueño que la libero de su llanto.
A la mañana siguiente toda la familia real se vio curada milagrosamente
de su enfermedad, pues tal fue su pena, y su llanto tan desconsolado,
que llego a oírse por todos los rincones del reino, escuchándolo incluso
el fantasma del bosque del final del camino, el monstruo del eco, los
esclavos, los condenados, las victimas y el resto de habitantes de la aldea,
hasta el vampiro se relamió ante tal sublime manifestación de sufrimiento y
dolor, pues cuentan que Elena se durmió esa noche para no despertar mas,
por que en sus sueños todos eran libres, y sin leyes ni moralistas, decidían
y se repartían tanto las riquezas como el trabajo todo por igual, y amaban,
corrían, jugaban, odiaban, aprendían y hasta incluso lloraban, siempre,
como y cuando a ellos les daba la gana.
También cuentan, que gracias a las inocentes preguntas que un día
una sencilla niña les hizo, el pueblo comenzó a pensar, y harto de tantas
injusticias y abuso, se levanto contra los tiranos, pero eso en otra historia
se contara…
Fin
Paria

No hay comentarios: