Cuenta una antigua leyenda celta, qué Ceridwen era una
hechicera que vivía en medio del lago Bala.
Ella tuvo tres hijos: Morvran, que era muy hermoso, al igual
que su hermana Creirwy (huevo de cristal) de quien se decía que era una doncella
luminosa. Pero el tercero, Afag Du (total oscuridad), era el menos favorecido
de los hombres.
En compensación a su fealdad, Ceridwen decidió preparar en
su caldero mágico un brebaje para Afag Du que le otorgara la sabiduría llamada
Awen, o espíritu de la inspiración.
Esta pócima la prepararía según las artes de los Fferyllt:
debía hervir a lo largo de todo un año más un día, al final del cual se
obtendrían 3 gotas capaces de darle el Awen a quien la tomara.
Ceridwen puso a dos personas a cuidar el fuego del caldero
mientras ella salía a recolectar plantas: un ciego llamado Morda (gran bien) y
un niño llamado Gwion Bach (pequeño inocente).
Pasó un año entero y en el último momento de la preparación,
unas gotas del caldero salpicaron a Gwion quien, al sentir la quemadura en su
mano, llevó ésta a la boca para lamerla, recibiendo al instante los tres dones
de Awen: la inspiración poética, la profecía, y la capacidad de cambiar de
forma voluntariamente. El resto de la pócima se volvió venenosa e hizo explotar
el caldero, rompiéndose éste en dos mitades.
Por el recién adquirido don de la profecía, Gwion supo que
Ceridwen intentará matarle por haber probado lo que estaba destinado a su hijo,
así que usando su capacidad de cambiar de forma se transformó en liebre y hulló
velozmente, pero Ceridwen, al darse cuenta de lo sucedido, le persiguió en
forma de galgo. Gwion entonces se convirtió en pez, pero ella se transformó, a
su vez, en nutria. Él se hizo pájaro, y ella halcón. Entonces Gwion se
convirtió en un grano más de trigo en un granero; ella, sin embargo, convertida
ya en gallina negra, lo engulló.
Este grano de trigo engullido logró preñar el vientre de la
hechicera, quien a los 9 meses dió a luz a un bebé de gran belleza. Ceridwen,
incapaz de matarle, colocó al recién nacido en una bolsa de cuero que abandonó
en el río. El saco con el pequeño fue descubierto el 1º de Mayo por el príncipe
Elffin quien, al contemplar al hermoso bebé exclamó:
-Mirad! Tiene el rostro radiante!
Y es así que el niño recibió el nombre de Taliesín, que en
galés significa "rostro radiante".
Taliesín, a pesar de tener tan tierna edad, era capaz de
improvisar unos versos perfectos por virtud de Awen, por lo que se le designó
poeta privado de Elffin. Más tarde lograró la fama como jefe de los bardos de
Gran Bretaña.
Al alcanzar la
Awen, Gwion, ya convertido en Taliesín, rememoró su verdadera
existencia y habló de su estancia en el Castillo de Arianhrod y de las
diferentes vidas que ha ido teniendo, en unos poemas recogidos en el "Libro
de Taliesin".
1 comentario:
Por si os interesa más información acerca de
La Awen y los tres grados de iniciación celta
Publicar un comentario