Era uno que iba en un tren removiéndose y como haciendo
fuerza y haciendo figuras.
Y es que se iba a peer y no quería
hacer ruido. Y las mujeres, que iban enfrente y lo veían
removerse y hacer figuras, no sabían qué le pasaba. Y ya dice
una:
–Mire, mi compañera dice que le está dando a usted un paralís,
pero yo digo que tiene usted un dolor. A ver, ¿quién de las dos se
ha equivocao?
Y contesta el otro:
–Pues me parece que nos hemos equivocao los tres, porque yo
pensé peerme y lo que he hecho es cagarme.
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